A) Sus orígenes: La conquista de Chile.

Si buscamos los orígenes de la literatura chilena nos encontraremos en frente de el período conocido como la Conquista (1541-1598). En el  marco de un sangriento enfrentamiento entre indígenas y españoles, hallaremos el inicio de una producción literaria que, en Chile, comienza a gestarse con escritores que ansiaban describir lo que estaba pasando e informarle a la corona española  acerca  de acontecimientos en ese territorio, destacándose en primera instancia por su objetividad, lealtad al rey y, sobre todo, al Dios cristiano. La producción es esencialmente española, no indígena, ya que en aquellas civilizaciones no se había desarrollado la escritura. El contexto que involucra a este aspecto es la Guerra de Arauco.

Uno de los principales exponentes de esta primera instancia es Pedro de Valdivia. Éste se destaca por el carácter narrativo de sus cartas, las que no tienen, de hecho, la finalidad literaria. Una de las más importantes es en la que se dirigió al rey Carlos V, en la cual describe sus expediciones por primera vez en Chile, pidiendo, además, el permiso para conquistar la zona y futuramente fundar la ciudad de Santiago.

Alonso de Ercilla  es la primera fuente de literatura española con referencia a Chile como lo describe en su famosa obra «La Araucana», donde esta vez se preocupa bastante del lado estético y estilístico. Esta obra es un poema épico de 37 cantares de expansión militar, que cuenta los horrores de la conquista y los  enfrentamientos con el pueblo mapuche. Se ubica en el contexto del período posterior a la expedición de Valdivia. Es el resultado de influencia del período literario renacentista del siglo XVI, donde se pueden identificar características como por ejemplo el derecho divino que se otorga al rey.

Cabe referirse además a Pedro de Oña (1570-1643): Hijo de un soldado que murió durante la Guerra de Arauco. Sus estudios en Lima le permitieron conocer las costumbres, lengua y cultura de los araucanos (mapuches). En su cantar «Arauco Domado» cuenta algunos de los sucesos de los que se pudo enterar, mencionando como deber divino el de «civilizar», de ahí viene su título con el adjetivo «domado», a la población indígena que impuso su resistencia en el Bio Bio.

En el fondo, se puede deducir que la literatura chilena parte con un origen extranjero, pero con el único objetivo de informar a la corte real sobre los sucesos de las expediciones. Más tarde, a esto se le introducen fines artísticos. ¿Por qué aún así consideramos a estas obras chilenas? Buena pregunta, ya que su inspiración se encuentra en la tradición indígena que ya podríamos a comenzar a llamarla chilena.